Familia ensamblada es un término relativamente reciente y se refiere a una realidad cada vez más común: familias dónde ambos integrantes tiene hijos de otras relaciones o además , hijos de manera conjunta o propios con la actual pareja. Esto puede darse por divorcios o fallecimiento de anterior cónyuge.
Las familias ensambladas o también llamadas reconstituidas se enfrentan a varios retos que tendrán que superar como nuevo núcleo familiar y además la pareja de esa nueva familia tendrá que enfrentar nuevos desafíos dados por esta nueva situación. ¿ La receta? Empatía, respeto, nuevos acuerdos y normas y mucha paciencia.
Quizá uno de los aspectos más importantes va a ser qué papel juega la pareja del cónyuge respecto a los hijos del otro y esto va a ser distinto dependiendo de si el progenitor está divorciado o viudo. Va a depender también de la edad de los hijos, si son pequeños o adolescentes y del carácter o la disposición de los hijos a aceptar a la nueva pareja del padre o de la madre. También hay que tener en cuenta si la nueva pareja convive con ellos a tiempo parcial o completo o les ve de vez en cuando. A este respecto, es importante establecer unos acuerdos respecto a la educación de los hijos del otro y de si el nuevo cónyuge va a ser partícipe de ello. Nos gustaría poder daros unas pautas generales dado que, en este aspecto depende de muchos factores y cada familia ha de llegar a unos acuerdos en función de las necesidades propias de cada uno de los miembros.
Por norma general y por sentido común hay que tener en cuenta que:
No se debe hablar mal de la ex pareja o de la nueva pareja de mamá o papá.
Esto es por razones obvias. Si lo que quieres es crear vínculo sano con los hijos de tu pareja, hablar mal de su padre o de su madre biológica no os va a hacer ningún bien. Los juicios de valor y las opiniones es mejor que queden en las conversaciones de adultos. Al igual que no se debe hablar mal de la nueva pareja de tu ex con los niños. Ese tipo de conversaciones es mejor tenerlas en petit comité y se deben evitar discusiones delante de los hijos para no contaminar el vínculo pues hay cosas que ellos pueden aún no entender.
Acuerdos respecto a la educación.
Muy posiblemente tengáis distinta forma de educar a vuestros hijos y tenéis que decidir quien toma las decisiones, llegar a nuevos acuerdos y hasta dónde es partícipe cada uno de los miembros de la pareja respecto a los hijos del otro para evitar rencillas y reproches, no sólo con los hijos sino con la misma pareja por existir desacuerdos por este tema.
Tiempo de calidad.
Es necesario respetar el tiempo con los hijos propios y ofrecerles ese espacio que tenían antes para que no se sientan desplazados así como respetar que tu pareja lo tenga con los suyos. Pensad que es un cambio muy significativo para ellos y que les ha venido dado sin pedirlo. El respeto por sus tiempos y por conservar esa intimidad es muy necesario para ellos y también para vosotros como padre.
Respetar los tiempos: Los duelos.
Es muy posible que los hijos aún no hayan superado la ruptura de sus padres o el fallecimiento de uno de ellos y que estén aún en alguna de las fases del duelo. Dependiendo de la situación es interesante analizar cuidadosamente la situación y ante la duda acudir a un especialista para que nos pueda dar unas pautas de cómo actuar en estos casos.
No forzar situaciones.
Cada cual tiene sus tiempos y, tras la presentación de la nueva pareja deja que sean ellos quienes se vayan acercando paulatinamente a tu nueva pareja. Si, se pueden propiciar encuentros de una forma paulatina en los cuales haya un ambiente relajado. Actividades interesantes para ellos dónde pueda darse un ambiente distendido y sea más fácil interactuar pero sin forzar acercamientos.
No asumir roles que no corresponden.
En el caso de los divorcios, el padre o madre de los hijos de tu pareja lo sigue siendo y eso es algo intocable. Intenta no asumir ese rol y limítate a ser un apoyo para tu pareja y para ellos si lo necesitan o lo piden pero no asumas tareas que corresponden a su progenitor. Eso, dependiendo de las edades de los niños puede provocar tensiones o desconcierto.
Fomenta la comunicación.
La situación puede llegar a ser muy compleja y va a depender de muchos factores como ya os explicábamos antes. La clave es armarse de paciencia y fomentar una buena comunicación primero de la pareja para la toma de decisiones y por supuesto con los hijos. Es interesante hablar con ellos para saber cómo se sienten con la nueva situación, ellos no son sujetos pasivos y aunque, tu vida es tuya, ellos también forman parte de ella e interesa llegar a un punto medio en el que todos estén a gusto y haya las mínimas tensiones posibles.