UN LIBRO Y UNA ROSA

  Recogemos un articulo de Josep Carceller que nos cuenta el origen de la celebración del día de San Jorge, día del libro. 

«El 23 de abril (San Jorge) es el día de los enamorados en Catalunya, y desde el pasado siglo XV es tradición regalar una rosa roja “color sangre” a la persona amada como muestra de amor. A partir del año 1930, también se añade la costumbre de regalar un libro a los chicos, pues el 23 de abril también es el Día del Libro.

Pero ¿por qué se celebra justamente hoy el día de la rosa del libro y quién era San Jorge?

San Jorge es el patrón de Cataluña y Aragón y la leyenda cuenta que era un caballero que mató al dragón que pretendía comerse a una preciosa dama de nombre Cleodolinda, que fue escrita en el siglo XIII y rápidamente se popularizó en toda Europa.

San Jorge era un soldado romano nacido en el Próximo Oriente, aunque la tradición lo sitúa en la ciudad de Montblanc. La leyenda cuenta que un feroz dragón amenzaba la ciudad, y que tenía la capacidad de andar, volar, nadar y que con su apestoso aliento era capaz de matar a la gente que lo rodeaba. Según la leyenda, los habitantes de la ciudad decidieron darle una persona al día para calmar su ansia, pero cada vez era más difícil encontrar a una persona que se dejara comer por el dragón, así que los vecinos lo hacían a sorteo…. Hasta que un día la elegida para ser comida por el dragón fue la hija del rey, la joven y bella Cleodolinda. A pesar de que varios ciudadanos se ofrecerion a ser reemplazados por ella, el rey fue severo y aceptó que su hija fuera la sacrificada. Cuando la princesa, entre el llanto de la población, iba hacia la morada del dragón para ser comida por éste, se presentó un joven caballero a lomos de un caballo blanco y una armadura dorada y reluciente, y le dijo a la princesa que había venido a salvarla y a librar a la ciudad de Montblanc de esta terrible fiera. A pesar de que el dragón se resistió, el caballero, que era San Jorge, luchó y le clavó una lanza al dragón que lo dejó herido de muerte. El caballero ligó al dragón malherido y le dio la cuerda a la princesa para que fuera ella misma la que lo llevara a la ciudad, donde los ciudadanos acabaron de rematar a la bestia que los tenía atemorizados. Una vez muerto el dragón, de la sangre que salió de su cuerpo salió un rosal con las rosas más rojas que nunca había visto la princesa. San Jorge cortó una y se la ofreció al a princesa. 

Del gesto de San Jorge hacia la princesa nació la tradición de regalar una rosa roja a la persona amada.»

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